Dándole vueltas a la cabecita pensamos en la posibilidad de sacar más provecho a nuestro reloj de sobremesa. Se puso en marcha la imaginación de mi compañera y tras unos minutos, descubrió la posibilidad de utilizarlo también como portacartas. A nosotras nos pareció genial, confiamos en que a tí también te lo parezca.
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